Alí Primera, murió en un lamentable accidente vehicular ocurrido en la
carretera Valle-Coche de Caracas en 1985, un 16 de febrero.
Familiares hablan de la personalidad del cantor
A
los 6 años de edad, Alí se inició como “limpia botas”. “Hoy no fío,
mañana sí”, dice el letrero del cajón, aún conservado por su familia en
Punto Fijo. Pese a la situación precaria que tuvo que atravesar, es
recordado por sus familiares como un ser humano dispuesto a compartir
todas sus cosas con quien demandara alguna necesidad.
“Alí
no soportaba ver a un ser humano pasar hambre. Él llegaba a la casa y
decía: ‘Mamá, ¿qué tienes por ahí para comer? Porque me encontré a estos
niños con hambre’”, cuenta su hermana menor materna, Mireya Padilla
Rossel. No conforme con esto, buscaba de su ropa limpia y zapatos para
vestir a los pequeños que encontraba desnudos y sin calzado.
Al momento de su accidente, Alí venía de
una sesión de grabación. Después de su muerte, José Montecano, uno de
sus hermanos, también cantante, músico y compositor, culminó el álbum,
el cual fue llamado Por Si No Lo Sabía.
Hoy,
es propicio recordar que desde que el cuerpo sin vida de Alí fue sacado
de las instalaciones del Alma Mater, lugar donde fue homenajeado en una
ceremonia presidida por el entonces rector Edmundo Chirinos, hasta los
pueblitos más recónditos que pasaron antes de llegar al cementerio,
salió todo el pueblo a despedir a su Alí con claveles rojos en mano,
rojos por aquella canción que grabó el cantor, aún en contra la voluntad
de su esposa, la cual dice: “Cuando tenga los cuatro metros bajo mi
tierra liberada, quiero que mis camaradas me despidan con canciones,
flores rojas, puño en alto, y que me prometan seguir luchando por la
alborada, que también es camarada”.
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